jueves, 28 de febrero de 2008

Camino

Me voy muriendo...
donde dejo el vacío
queda el recuerdo
y así lleno el futuro
que aparece hueco

No procedas al entierro,
antes bien mira mi cadáver
y busca signos de hierro
por los que mi alma
no pude entender.


No, no dejo vacío en tu corazón,
dejo espacio libre para tu futuro,
encuentra tu alma...
No la pierdas, pues yo nunca la encontré.


María OZ

Contigo puedo hacer una excepción

——Bueno, tú sabes de eso. ——Dijo el jaque —– Cuando le vas a disparar a alguna persona generalmente suplica por su vida. ¿Por qué no pueden simplemente aceptar su destino? Resignarse. Decir: “Bueno estoy en tus manos, hágase tu voluntad”. Eso sería realmente bueno. En ese momento tal vez pienses un poco en perdonarle la vida.
—— ¿Sabes una cosa? ——Dijo el Dux—— Tal vez tengas razón. Cuando la victima empieza a suplicar por su vida entonces no merece la pena dejarla vivir. Eso quiere decir que su vida es miserable y que no vale nada. Aunque hay unos cuantos, por ejemplo, que tienen familia y que están suplicando por su vida para poder estar con ellos, para ver crecer a sus hijos, para darles consejos, apoyarlos.
——Entonces eso debieron haber pensado eso antes de meterse en líos.
El Jaque y el Dux llevaban a cabo esta conversación en la habitación de la casa de un hombre muy importante dentro de esta ciudad. El dueño de la casa estaba tirado en el piso. El Jaque estaba sentado en un sillón con una 380 en el regazo y el Dux en el borde de la cama frente a su compañero.
——Por ejemplo este hombre——Dijo el Jaque señalando al hombre tirado en el piso ——debió haber pensado en su hija antes de meterse en negocios que no podía controlar. Mi jefe fue muy paciente con este sujeto pero como tu sabes en este business la paciencia no dura mucho. Tú estas en este lugar por la misma razón que yo. Tú también lo viniste a matar sólo que el destino nos tenía preparado este encuentro. Aunque debo confesarte que alguna vez soñé con que la vida nos tuviera en esta situación.
—— ¿Y, en lo qué soñaste estaba el asesinarme?
——Claro ¿Si no para que lo soñaba?
——En eso tienes razón.
——Bueno…entonces vas hacerlo o no.
——Sí. Sólo quería conversar por última vez contigo. Aunque no lo creas siempre he disfrutado de tus conversaciones. Lastima que el destino nos haya puesto en caminos diferentes ¿Te imaginas el dúo que haríamos?
——Me imagino que sería un desastre. Nunca nos pondríamos de acuerdo. Somos dos mundos totalmente distintos. Aunque nuestro objetivo sea el mismo: Matar para que nuestros jefes no se ensucien las manos.
——Una vez alguien me preguntó: “¿Por qué matas? ¿Nunca te ha remordido la conciencia? ¿No sientes nada por tu víctima?” y yo le respondí: “Mato porque es mi trabajo y nunca me ha remordido la conciencia y por último si siento algo por mi víctima: envidia, lastima.
——En ese sentido yo hubiera respondido lo mismo que tú. Bueno… Antes de que me mates ¿Puedo pedirte un favor?
——Sí, dímelo.
——Antes, mucho antes de dedicarme a este negocio siempre soñé con que el día que muriera lo haría sentado en un sillón con una copa de coñac y más delante quise tomarme esa última copa con una persona con quien disfrutara tener una buena conversación. Eso es lo que te pido que accedas a tomarte una copa conmigo.
——Bueno generalmente no acostumbro hacer este tipo de cosas pero hoy puedo hacer una excepción.
El Dux se levantó de la cama y fue al frigobar. De ahí sacó una botella a la que le quedaba una dosis para tres copas. Sirvió dos copas. Una a su próximo asesino y otra él. Alzó la copa al aire y dijo fuerte:
——Salud por la vida y por la muerte para que los que viven sigan siendo dichosos y los que mueren algún día tengan el perdón de nuestro señor. ¡Salud!
Los dos le dieron un trago a la copa.
——No creí que algún día pidieras perdón a Dios.
——Llega cierta edad en la que Dios entra a tu vida de una manera ú otra.
——Si tú lo dices.
Los dos le dieron el último trago a la copa y el Dux la puso en el suelo, luego se recargó bien en el sillón.
El Jaque se paro del lugar en el que estaba. Agarró bien su arma apuntando a su compañero y luego sólo apretó el gatillo dejando salir la bala que se incrustó en medio de las cejas del Dux. Se acercó a la botella y se tomó lo que quedaba y salió de la casa, se subió a su Jetta y se fue.